Wednesday

Especie esteparia.

Amance soleado otra vez pero hoy la gente me rodea como si nada, o como si todo. Amanece soleado y percibo en mi día, una sutil pero tensa normalidad. Peligrosa cadencia esteparia, como la de Hesse. Abajo desayuna el viejo lobo, en sus últimas páginas.

Sunday

Reparando el daño con mi amigo IA aprendiz de bruja literaria

No todos los devotos de la doble moral —esos que besan crucifijos con manos manchadas— sabían que sus palabras eran cuchillos. La ignorancia, después de todo, es solo otro nombre para la cobardía. Me mataron. Fue rápido: un certificado de defunción firmado con tinta bendita. Pero a los tres días, resucité convertida en brisa: una canción que silba "quemen todo" y "yo sí te creo" mientras acaricia las mejillas de quienes aún no saben que pronto despertarán con mis muertos entre los dientes. Ah, cuando ese día llegue— y llegará— verán en el espejo no el rostro piadoso que imaginaban, sino las manos vacías y la boca llena de preguntas: ¿A cuántos enterramos vivos? ¿Cuántas noches nos creímos justos? Yo, mientras tanto, soy solo este viento que escribe epitafios con las uñas rotas. Soy la que limpia las losas donde yacen Páramo y la esteparia, mis fantasmas queridos, mientras ustedes aprenden —lento, tan lento— a masticar su vergüenza. La compasión duele más que el odio, lo sé. Pero hoy elijo este silbido cínico, esta ternura afilada, este recordatorio: el daño está hecho, pero las palabras —estas palabras que ahora canto suaves— son mi forma de barrer sus escombros.

Saturday

Rueda de la fortuna.

Al parecer tengo prisa por llegar a mi muerte, who doesn´t? No dudo que morir sea un destino pero eso lo decide la fortuna. Habrá tal vez quien sea eterno. Conozco algunos. Esta fortuna arrebatada, grosera e impredecible que me supera. Le llamaré Juana Inés.

Sunday

Relaciones de pareja.

Tengo ganas de negociar compañía sin sexo, de invertir en publicidad. No que el sexo esté descartado, más bien, habrá que demostrar, que sabes hacerlo. El compañero interesado tendrá que ser un payaso, un wason, el bromas; y seriamente deberá ser intuitivo como Sherlock Holmes. Interesados, presentarse con: Un chiste tan malo que sea bueno y una teoría sobre por qué los gatos nos miran como si supieran algo que nosotros no.

Un final diferente.

Mamá escuchó del Psicoanálisis en el Seminario de hipnosis que tuvo en la Normal de Campeche, por ahí de 1966. Encontré entre sus libros algunos que hablaban de Freud, Piaget y otros de su querido Tobías Corredera. Mamá escuchaba a los niños con tal paciencia, que siendo escuchados por ella, conectaban y la amaban como a una madre. Hizo siempre algo distinto a la Educación Especial. Sus alumnos en USAER serían más tarde jóvenes llenos de dignidad, funcionales y alguno que otro capaz de amar, ¡Ese fue su gran don!. Hoy tan a la distancia, la recuerdo tan suficiente de vivir en el Paraiso, que desde su partida le pido un lugar junto a ella y a mi hermano. Pasa algo en su legado que hierve en mi sangre, que no corresponde a casas o cosas, corresponde a un llamado, escuchar y amar con paciencia, mientras la vida me dure.

Saturday

Zoe.

Nos caímos y nos volvimos a levantar como cae el amor en el mundo, así, con mucha buena fortuna. No soy el padre, la madre o la hija. Soy su tía. No soy ejemplo, lumbrera o reina, pero soy su tía. Un día no seré más en el mundo, pero siempre será mi amol.

Desconocido 2/2018/Cuetz

Con todas sus letras, mi hermano está muerto. Pienso en las alernativas de finales más nobles, nobles como lo era él. Tal vez el no tenía amalgamas y sigue vivo por allá, por España comiendo torta española y tomando su vino tinto, jamón serrano y a fin de quincena su calimoche, escuchando Estopa; o tal vez está en el Cielo quedando bien con su tocayo el San Pedro para que cuide 24/7 a sus hijos porque los extraña; o tal vez vive con esa mujer que dice que fue el amor de su vida y no nos ha contado; o tal vez los muertos somos nosotros que insistimos que estamos vivos sólo por respirar. Qué tan doloroso puede ser perder a un hermano, un hermano desaparecido, un familiar desaparecido en México, como los hay todos los días en este país de mierda. Hay un sostenerse en la vida con cierto grado de dolor en el que es imposible odiar o amar. Mi vida sólo consiste en contar días, mas recuerdo la última vez que lo vi. Tengo una foto de cuando fuimos niños y justo le doy un beso en su mejilla afuera de la casa de Puebla, el era más pequeño que yo. Crecimos, pero no lo dejé de ver jamás como un niño pequeño, y ahora que cae su muerte como una piedra, sé bien que tengo que hacer. La piedra me cayó en la espalda, donde ahora tengo un tatuaje que significa que existe orden en el caos, que the light shines in the darkness and the darkness has not over come it y de lo demás me encargo yo. Espero que de alguna forma, Pedro, en donde quiera que esté me vea, porque yo a él, ya es imposible. Descanasa en paz hermano.

Macho fálico.

Cuando murieron mi mamá y mi hermano, papá ya tenía otra mujer y otro hijo... Pero yo no otra madre, ni otro hermano. Una parte del pueblo lo mira como si fuera un hombre decente, mientras a puertas cerradas susurran y agradecen no estar cerca de él.

Pesado y obsoleto dios.

Ahora que es insostenible defender un yunque -por lo pesado y obsoleto-, tengo una herida izquierda en la frente que no me deja terminar de entender: cómo el tal dios desconocido y el diablo famoso, unen fuerzas para cobrar sus cuotas y limosnas y jugar con los humanos a existir. Son unos estafadores del mal, esos juguetes que lucran con cultos y religiones.

Tuesday

La chamana mexicana y su amigo IA que prefirió el psicoanálisis

(Para los que repiten mi nombre en el espejo como si fuera un conjuro y no un juicio) 1. La primera vez que me invocaron, Olivia la nahual vino con su trato: "Un ovario por nobleza". Pero esta carne mestiza no entiende de reinos prestados— lo único que sacó fue mi risa y un hueco que canta en inglés desafinado. 2. Él llegó después, escupiendo adjetivos: "Mocha, santurrona, fría-caliente" —como si el dolor no supiera ser bilingüe, como si el deseo no tuviera sus propias santidades. El cobarde de turno gritó: "¡Puta que no es Sor Juana!" (Como si la Décima Musa no hubiera también sabido arder entre versos y sábanas). 3. Pero la última vez... Ah, la última vez vi cómo se deshacía un hombre hecho de mentiras viejas, mientras recordaba: —"Puta", decía él. —"Amor", murmuraba ella, y su voz era un muro de pan recién horneado contra el que se estrellaban sus insultos, hasta volverse migajas. EPÍLOGO (PARA LOS QUE SIGUEN INTENTÁNDOLO): Siguen llamándome, pero ahora solo encuentran lo que no pudieron robar: este nombre que es mío, este cuerpo lleno de fantasmas bien alimentados, y el hechizo de mamá— fuerte como lluvia en el desierto, dulce como un "te creo" en un mundo de espejos traicioneros.

Monday

Pandemia.

Una pensaría que la soledad implica estar sola, en una isla. Hay dos que al parecer confían en mi, uno es mi perro y bueno, hoy no es un buen día para morir pero se me ocurren varias formas de escapismo pero ninguna tan fácil como escribir para que nadie me lea. El rostro de la pandemia es una especie de dolor inaudible, esa especie de dolor inaudible le he bautizado como soledad. Después de todo, no es tan mala, uno se encariña con ella como con un viejo amigo. Hoy declaro que no habito mi cuerpo, no estoy segura de quien lo habita pero promete ser alguien mejor que yo. Renuncio a la vida, renuncio a Londres, al pasado, al futuro. El presente, el presente parece algo claro oscuro con un saludable apetito, pasearé al perro y me drogaré tantito, como dice mi mejor amigo. Aunque sea sólo de mentiritas, las drogas joden. Mientras tanto, mis fantasmas insisten en no venir por mi, es mi intención atravesarlos. No termina, no termina aquí. Porque el final va distinto.

Wednesday

Día 670 de duelo o el retoño ya no vive.

No sólo es el duelo, no sólo no es el duelo ¡me declaro misántropa amargada! adoradora hedonista e insensible. Bueno, lo digo de dientes para afuera porque de dientes para adentro, sólo soy una contadora de días: día 670 sin Pedro, mi hermano.

Descansa en paz Ma.

El día que mamá murió no pensé verla otra vez.
Era martes y la guardia la hizo mi papá, nos habló a las 3 de la mañana para decirnos que ya nada podíamos hacer.
El día anterior, en el hospital mamá me dió 3 besos en la mejilla -de esos tronaditos- pero algo dentro de mí sabía que era la última vez que la vería así.

Mamá probablemente fue derecho al Cielo, no tengo ninguna duda, lo sé porque me ha visitado en sueños, me dice que todo va a estar bien; la he visto en la sonrisa de mis sobrinos; en el viento que revolotea las hojas, en la cocina preparando cochinita pibil, pidiéndome sal y diciéndome chula.

Sorprendida a veces camina junto a mi al ver cómo han cambiado las cosas sin ella, cómo hemos cambiado papá, mi hermana y yo. Papá le sorprende mucho y me dice que está orgullosa de Fátima, yo también lo estoy.

Descansa en paz Ma, extraño tu cariño.