Saturday

El famoso libro del engaño.

Esa noche llovía y junto a la gran mesa de madera, permanecía el libro rojo con letras doradas, cursivas, grandes y elegantes. Mientras, el yunque sonreía sobre la pesada silla rústica.

Él es un hombre malo y mezquino, pero su soledad empezaba a provocarme la más lastimosa de las tristezas -pensé que el nombre del Dios que defendía, estaba lejos de ser quien ahora lo habitaba- anhelé con todo el corazón que Dios viva, por él.

En cierta ocasión, después de sus persecuciones, llegué a un edificio gris, a la mesa de los estrategas, y esperándome, vi al enemigo vestido de una roja mujer.

Sin embargo, no tuve tiempo de atenderla, dándole la espalda empecé a correr, soñando despierta en la difícil tarea de los hombres para evitar corromper la esencia de sus propios corazones. Entonces, el patrón me dijo: Tu corazón —no necesitas el mío— te mostrará la maldad de los impíos. No he vuelto a ver el libro rojo de letras doradas que promete a los malvados, la absolución de Dios. La roja mujer, me hizo invisible a esos hombres, pero también me hizo invisible a Dios, acaso exista.

"El diablo... el espíritu orgulloso... no puede aguantar que se mofen de él..." Tomás Moro.

"La mejor forma de expulsar al diablo, si no se rinde ante el texto de las Escrituras, es mofarse y no hacerle caso porque no puede soportar el desprecio." Lutero.