Existe un número infinito de colores en el cielo
te dibujo con delicadeza
el mundo se detiene
tus ojos
dos círculos de sol
derriten los míos con su cálida luz.
Te sigo extrañando como el primer día
en todos los rostros te busco
ninguna sonrisa es como la tuya
no quiero ser feliz
sólo quiero dormir
para poder soñar contigo.
Ésta nostalgia que no me deja
es una súplica al corazón del universo
Pero no es la primera vez
me duele mucho como en otras cosas
y no será el claustro mi salvación
ni mi camino la sabiduría
no la pretendo
no será el espejo mi regla,
mi color una satisfacción
o serán los ojos de Valentina
-sus frágiles huesos-,
o la tierna dulzura de una niña
que siempre aparece en sueños.
No será la vuelta a mi creador
el egoísmo del ser humano
la vanidad cegadora
conveniencias perfectas
tiernos besos mentirosos
con su momentáneo alivio
amistades vacías
amores frustrados
realizados
esperados.
No el amor de los niños,
su inocencia al mirar,
su afán por descubrir.
Ya no me sonrojo por ego
ni por la ignorancia de ser
de saber, de sentir
o de pretender
No por mi fobia a ser diferente
aunque implique soledad.
No es la muerte la vida,
la vida lo es,
o el coraje, la injusticia, el rencor
el hombre, el sexo, el amor
No son las palabras
mentiras o razón
enferma de ausencia
reposa mi alma
furia... conciencia... revolución... inteligencia... certeza... realización
No es la pobreza, el hambre,
la tristeza, el dolor,
la fragilidad, el odio, la envidia,
el karma o Dios.
Tolero y no miro atrás
pero he descubierto que me dueles,
es tu ternura y te necesito.
Impensable amor:
Con cobardía te busco,
sé más fuerte que mis miedos,
más fuerte que los paradigmas,
que lo posible, más fuerte que yo.
