Wednesday

Tu nombre, ayer amé tu nombre. Hoy no quiero jugar contigo al amor y al odio. Es estúpido como amar tu nombre. Tan estúpido, como los gallos, tus botas y tus ojos, o como mi insoportable miedo a madurar. Como el destino que hoy nos aleja porque ya que amas mí nombre, yo ya no quiero jugar.