Gracias por otro día papá, te pido por mis enemigos y enemigas y por los que sin conocerme me desprecian.
No sé porque me juzgan si no me conocen, los jóvenes, los ancianos, adultos y niños.
Sabes bien que no soy un angelito pero sé bien como amar a mi prójimo.
Sé que me amas y también mamá Lupita porque durmiendo en la calle no me pasa nada.
Me siento triste y no se qué hacer.
Confío en ti.
Pausa y silencio.
Reconoció su propia paz.