Thursday

Como te dije ese día, también perdiendo se gana.

Durante mi ceguera, sabías que el bastón que utilizaba era una serpiente y que tarde o temprano despertaría para morder, creo que lo advertí alguna vez en tus suspiros, en tu mirada desorbitada cuando acariciabas tu corazón recordando esa vez que a ti te envenenó. La diferencia es que jamás amé a la serpiente, con paciencia le hice morderse la cola y con humildad sabrás que a quien amé fue a ti. Sabrás la estrategia mental para manipular voluntades, pero no es amor sino muerte lo que tu haces, te advierto. Esa es la razón presente de tu guerra y la fortaleza de mi eterna paz.